Un día cualquiera, Dios caminaba por el cielo muy cabizbajo, estaba pensativo y triste…
Los ángeles le veían y pensaban…
Pero ¿qué le pasa al Padre Dios?, él que siempre está alegre y amable con todos, y lleva unos días que no hay quien se acerque a él.
Padre Dios, ¿qué te pasa, por qué está tan triste?.
Ay, no lo sé, estoy melancólico, todos los días por la mañana, nada más levantarme, abro la ventana de mi habitación y miro el mundo de los hombres, y me pongo muy triste…
Pero, ¿por qué?, si el mundo es muy bonito, todo está bien hecho y los hombres son muy buenos…
Lo sé, lo sé,… habéis olvidado que el mundo lo he hecho yo… el problema es que hay algunas cosas que no me gustan mucho: el hambre, las guerras, los odios… Quiero hablarles, decirles algo a su corazón que les ayude a cambiar, a ser felices, a hacer un mundo mejor.
Entonces los ángeles, siempre tan listos y despiertos, le proponen que haga un concurso de palabras..
Padre Dios, podías convocar a todas las palabras y escoger aquellas que te gusten más… grandes, pequeñas, importantes, insignificantes, alegres, tristes… todas las palabras y así podrás decir todas las cosas buenas que quieras…
Y así se hizo. Por todo el cielo se oía la convocatoria de Dios:
POR ORDEN DEL PADRE DE DIOS SE CONVOCA EL GRAN CONCURSO DE LAS PALABRAS, AQUELLAS QUE SEAN CAPACES DE DECIR LAS COSAS DE DIOS SERÁN SELECCIONADAS Y OCUPARÁN UN LUGAR ESPECIAL PARA SIEMPRE.
Era el primer día y llegaron las primeras, las palabras grandes:
Padre Dios han llegado las palabras grandes, sería bueno…
Muy bien, ángel sabio, que pasen ya, quiero verlas… mejor escucharlas.
Hola Padre Dios soy la PODER…
(enseña su cartel a todos).
Hola Padre Dios soy la DINERO…
(enseña su cartel a todos).
Hola Padre Dios soy la GUERRA…
(enseña su cartel a todos).
Basta, basta, no me sirven, están bien pero…
Padre Dios, han llegado las palabras sensibles…
Que pasen, ángel sabio, espero…
Hola Padre Dios soy la MENTIRA…
(enseña su cartel a todos).
Hola Padre Dios soy la LLOROS…
(enseña su cartel a todos).
Hola Padre Dios soy la MIMOS…
(enseña su cartel a todos).
Basta, basta, no me sirven, algunas veces están bien, pero quiero otra cosa…
Padre Dios han llegado las palabras más feas y tristes…
Vale, ángel sabio, que pasen, pero esto…
Hola Padre Dios soy la ODIO…
(enseña su cartel a todos).
Hola Padre Dios soy la MENTIRA…
(enseña su cartel a todos).
Hola Padre Dios soy la EGOÍSMO…
(enseña su cartel a todos).
Ángel bueno, ven enseguida. No me gustan estas palabras, no me sirven, ¿no hay más?
Sí Padre Dios, quedan aquí unas palabras pequeñas y sencillas…
Que pasen, me estoy aburriendo… (Salen niños con su letra, se acercan uno a uno y delante de Dios enseñan la hoja en blanco).
Hola Padre Dios, soy la letra “M” de mirar… (enseña su cartel a todos).
Hola Padre Dios, soy la letra “S” de las sonrisas… (enseña su cartel a todos).
Hola Padre Dios, soy la letra “R” de rezar… (enseña su cartel a todos).
Hola Padre Dios, soy la letra “C” del corazón… (enseña su cartel a todos).
Hola Padre Dios, soy la letra “D” de dar todo a los demás… (enseña su cartel a todos).
Padre Dios, ¿qué te parecen estas letras?.
Ángel sabio, creo que algo les falta…
Padre Dios, si ponemos las vocales la palabra más hermosa aparecerá.
Poniendo las vocales que faltan, ¿sabéis qué palabra es?...
Ángel sabio, quieres saber una cosa, es la mejor palabra nunca dicha, estas sí que la escucharán los hombres.
Y así fue como el Padre Dios descubrió el truco para hacer un mundo mejor, mandó que todos los niños se fueran al mundo como misioneros de la…