HISTORIA DE LA CORONA DE ADVIENTO

NARRADOR

Es la historia de tres velas se quemaban tranquilamente. Allí estaban silenciosas y felices, haciendo lo que sabían hacer, quemar y dar luz.
Apareció un catequista y se sorprendió de ver aquellas velas encendidas, con su pequeña llama. Se acercó a la primera y…

CATEQUISTA

¡Hola, amiga llameante! ¿quién eres tú?

PAZ

“¡Yo, soy la llama de Paz! Estoy siempre encendida para que no haya más guerras.

NARRADOR

Entonces pasó por allí un niño un tanto macarra, vio la vela, se acercó, sopló con fuerza y ya veis lo que pasó.

PAZ

No puede ser, mi vela se apagó, ahora sí que la acabas de armar, el mundo ya no tendrá más paz.

NARRADOR

Allí se quedó la pobre vela de la paz llorando. El catequista siguió adelante y vio otra vela llameante.

CATEQUISTA

¡Hola, amiga llameante! ¿quién eres tu tan luminosa y brillante?

¡Yo soy la luz de la fe! Aunque muchos no me quieren, yo soy la luz que da la felicidad.

CATEQUISTA

¿Por qué das la felicidad?

Porque el que me tiene a mí conoce a Dios, por eso tengo que seguir quemando.

NARRADOR

Al terminar sus palabras, pasó otro niño como un viento fuerte y la segunda vela se apagó.

Oh, qué desgracia tan grande, sin mi llama de la fe los hombres en Dios no van a creer y su alegría van a perder.

NARRADOR

Allí se quedó la pobre vela muy triste. La catequista continuó su camino y se encontró con otra vela todavía encendida.

CATEQUISTA

¡Hola, amiga llameante! ¿quién eres tú con tanto brillo das?

AMOR

¡Yo soy la llama del Amor!. El que mi luz tiene le sobran los amigos y la gente que le quiere.

CATEQUISTA

¡Qué bien, ojalá que siempre estés encendida!

NARRADOR

Pero cuando estaba diciendo estas cosas pasó el niño travieso, se acercó a la vela del amor y… Y también se apagó. Allí se quedó…

AMOR

¡Ay qué dolor! ¡Un mundo sin amor será un horror!

NARRADOR

De repente, la catequista, al ver las tres velas apagadas, dijo:

CATEQUISTA

“¿Qué es esto? ¡Estas velas deben estar encendidas y consumirse hasta el final! sino de nuestro mundo ¿qué será?”. Decidme niños, ayudadme padres, por favor Pochi, ¿a quién podemos pedir ayuda? ¿a quién podemos llamar para que vuelva a encender las velas de la paz, la fe y el amor?. Por favor, que alguien diga algo…

CORO

SI LA LUZ QUIERES RECUPERAR A LA ESPERANZA DEBES LLAMAR

CATEQUISTA

¿A quién me decís?, ¿a quién debo llamar?

CORO

LA ESPERANZA, LA ESPERANZA…

CATEQUISTA

Pues llamemos todos a la esperanza, ayudadme a llamarla, ¡gritad conmigo!

TODOS

¡ESPERANZA, ESPERANZA…!

NARRADOR

Entonces, apareció una cuarta vela, habló:

ESPERANZA

“No tengáis miedo, yo soy la vela de la esperanza, ¡mientras yo esté encendida no habrá problemas, en el mundo no faltará luz!”

CATEQUISTA

Pues venga, ¡déjate de rollos y manos a la obra! Enciende las velas que nos faltan.

NARRADOR

Entonces la ESPERANZA cogió la vela y encendió las que estaban apagadas.

ESPERANZA

¡Que no nos falte la PAZ…, que no perdamos la FE…, que nadie marchite el AMOR…, que su luz se reparta por todas partes, que a todos llegue su resplandor!.

NARRADOR

¿Habéis aprendido la lección?. No lo olvidéis nunca, que la vela de la ESPERANZA nunca se apague dentro de nosotros, porque así podremos vivir la alegría del amor y de la paz.