En Belén hay una gran alegría y en casa de José y de María no os quiero ni contar, ha nacido el primer hijo, un niño encantador, y tan especial…
Pero claro, como pasa siempre, empiezan los problemas, antes de bautizar hay que pensar un nombre. Sin nombre no se puede bautizar y además no vale cualquier nombre…
José decía una cosa, María quería otro nombre, los vecinos opinaban, los parientes,… todos quería poner un nombre a aquel niño tan especial…
Podía llamarse David, como el gran padre y pastor de Israel. Es un nombre muy bonito que significa “El elegido de Dios”
No sé, no lo veo claro, ¿qué dices José?
Esta bien, pero no sé si será el mejor, no sé si Dios…
Podría llamarse Zacarías, suena bien, el nombre de su tío, además significa “a quien Dios recuerda”…
No sé, no lo veo claro, ¿qué dices José?
Esta bien, pero no sé si será el mejor, no sé si Dios…
Yo creo que podía llamarse Joaquín, como el abuelo, que significa “Dios construirá”…
No sé, no lo veo claro, ¿qué dices José?
Esta bien, pero no sé si será el mejor, no sé si Dios…
Y si le llamamos José, como el padre y nos quitamos de rollos, que además quiere Decir “Dios proveerá” y este niño algo traerá…
No sé, no lo veo claro, ¿qué dices José?
Esta bien, pero no sé si será el mejor, no sé si Dios…
Menudo lío, no se ponían de acuerdo. Todos los nombres estaban bien, pero claro, seguro que ninguno era lo suficiente para aquel niño tan especial…
Al final se oyó una voz, no se sabe muy bien si era un ángel o era Dios mismo, que decía:
Pero bueno, como sois tan torpes, para que tantas vueltas y preguntas. A ese niño que ha nacido, ¿quién os lo ha regalado?
Tú, claro, tú nos lo has regalado
Pues sí, viene de Dios…
Vamos a ver, y pensad otro poco, ¿y para qué os lo he mandado?.
Para traer algo bueno, ¿no es así José?
Pues claro María, para traer la salvación de Dios Padre…
Entonces, si viene de Dios y trae la salvación, ¿cómo os parece que le podéis llamar?
Ya está, mira que torpes somos, le llamaremos Dios salva.
Eso, “Dios Salva” que se dice: JESÚS.
Y así fue como se acabó el lío de aquella casa, todos se dieron cuenta de sus errores, todos descubrieron que aquel niño no podía tener otro nombre para ser bautizado, Jesús, que es Dios que viene a salvarnos.