ONOFRE CON SU COFRE,
SEMBRANDO SUEÑOS,
CUMPLIENDO DESEOS,
TODO GRATIS LO DABA,
Y CON TODOS SE PARABA
Llegó Onofre con su cofre, cargado de colores, los colores de los hombres, los colores de la vida, mil colores que sembraba para que el mundo cambiara.
Ahí estaba en medio de la plaza vendiendo sin dinero, regalando sus colores a todos los que se acercaban y todos con él gritaban:
Onofre tenía el cofre lleno de mil colores, pero para él no los quería. Todos los colores juntos no sirven para nada, y menos dentro de una caja.
Lo importante es repartirlos, que se salgan por las calles, que llenen el mundo entero, que dibujen…
Por eso Onofre gritaba:
AMIGOS DEL MUNDO
VENID A BUSCAR VUESTRO COLOR,
QUE LOS REGALA ONOFRE
EL GRAN DECORADOR.
Uno a uno iban viniendo, todos venían pidiendo un color que cambiara sus vidas…
Viene el primer visitante con mala cara y peor semblante:
“QUIERO UN POCO DE ALEGRÍA”
Un segundo muy concienzudo asqueado de las guerras y los burros:
“QUIERO ALGO DE PAZ”
Llega un tercero muy malito, consumido como un palito:
“DAME UN POCO DE ESPERANZA”
Llega un cuarto estupefacto, aburrido y solitario:
“QUIERO AMIGOS Y AMISTAD”
Se acerca un quinto, triste, lloroso y solito:
“QUIERO SÓLO UN POCO DE AMOR”
Y, por último, llega el sexto, en un mal mundo preso:
“QUIERO TENER LIBERTAD”
Onofre estaba intranquilo, Onofre parecía nervioso, miró en su cofre y sus colores…
esto no puede ser, un mundo tan triste y tan oscuro necesita un poco de vida, un poco de color.
Onofre abrió su cofre y empezó a llamar a los colores: salid todos, holgazanes, que el mundo está perdido y sin color.
AMARILLO:
Devolvamos la alegría compartiendo la comida…
AZUL:
Traigamos libros, lapiceros y libretas, hagamos escuelas, que el que estudia en paz se queda…
VERDE:
No hay futuro, no hay mañana, no habrá esperanza si no hay medicina en abundancia.
NARANJA:
Pobres niños, pobre gente, les falta de todo, hasta los amigos, llenemos de juguetes…
ROJO:
Nadie solo, nadie triste por la vida, que para todos haya amor, que a nadie le falte su familia.
BLANCO:
Por muchos colores que haya todo da igual, pero si les llevamos a Jesús todo será fenomenal.
Onofre se quedó satisfecho, lo había regalado todo y el mundo tenía color. Se sentía misionero, pues había conseguido cambiar el mundo con un gesto muy pequeño.