EL ESPEJO ESTROPEADO

NARRADOR

Había una vez una niña que tenía prácticamente de todo, así que sólo le llamaba la atención los objetos más raros y curiosos. Así un día se encaprichó con un antiguo espejo muy raro, y convenció a sus padres para que se lo compraran a un misterioso anciano.
Cuando llegó a casa y se vio reflejada en el espejo, y se llevó una gran sorpresa al ver que su cara se veía muy triste. Delante del espejo empezó a sonreír y a hacer muecas, pero su reflejo seguía siendo triste.
No lo podía soportar, se enfadó mucho, hizo de todo: cambió su cara…, pero aun así no dejó de verse triste en el espejo, así que, decepcionada, lo abandonó en una esquina.

NIÑA

"¡Vaya un espejo más birrioso! ¡es la primera vez que veo un espejo estropeado!"

NARRADOR

Esa misma tarde salió a la calle a comprar unas chucherías para ver si se alegraba un poco, pero yendo de camino se encontró con unos niños que lloraban muy tristes. Lloraban tanto y los vio tan apenados, que se acercó para ver qué les pasaba.

NIÑA

¿Qué os pasa, por qué lloráis tanto?

NIÑOS 1

Estamos tristes porque nuestros padres no nos quieren y no nos dan cariño.

NARRADOR

No lo podía soportar, así que nuestra amiga gastó su dinero para comprarles unas golosinas para animarles un poco. Aquellos niños se pusieron locos de contentos, y no paraban de darle las gracias, de darle abrazos y besos.
Aquella niña siguió su camino, fue al kiosko a comprar algún juguete, un balón, una muñeca,… qué feliz estaba, así se olvidaría de aquel espejo estropeado,… pero cuando estaba tan contenta, vio a otros niños que estaban en el suelo muy aburridos…

NIÑA

¿Qué os pasa, por qué estáis tan tristes y aburridos?

NIÑOS 2

Es que somos muy pobres y no tenemos dinero para comprar juguetes, así que no sabemos qué hacer.

NIÑA

No os preocupéis, tomad mis juguetes…

NARRADOR

Nuestra amiga no paraba, ahora estaba más contenta, sin juguetes y sin dinero, pero no le importaba. Así que decidió volver a casa, tenía ganas de mirarse al espejo, pero cuando iba de camino vio a unos niños solitarios, enfadados,… se acercó a ellos y…

NIÑA

¿Qué os pasa, por qué estáis tan solos?

NIÑOS 3

Estamos solos porque no tenemos amigos, nadie nos quiere.

NIÑA

Eso no puede ser, yo seré vuestra amiga…

NARRADOR

Y empezó a darles abrazos y besos, a decirles que les quería, y aquellos niños recobraron la alegría.
Nuestra amiga volvió por su camino de vuelta a casa, quería ver el espejo estropeado, al llegar a su habitación, le pareció ver un brillo procedente del rincón en que abandonó el espejo. Y al mirarse, se descubrió a sí misma radiante de alegría, iluminando la habitación entera.

NIÑA

Vaya bien, ahora sí que funciona, mira que cara más alegre y bella tengo…

NARRADOR

Entonces comprendió el misterio de aquel espejo: sólo funcionaba cuando reflejaba la verdadera alegría, la alegría que nace de la gente que sabe pensar en los demás, del que ayuda, del que es amigo y buen compañero.
Y se dio cuenta de que se sentía verdaderamente feliz de haber ayudado a aquel niño.
Y desde entonces, cuando cada mañana se mira al espejo y no ve ese brillo especial, ya sabe qué tiene que hacer para recuperarlo.