LA MONTAÑA DE LA FELICIDAD

NARRADOR

Había una vez un gran monte al que todo el mundo llamaba “La Montaña de la Felicidad”. En lo alto de esta montaña vivía una niña buena que se llamaba Felicidad. Era la niña más feliz del mundo: tenía todo lo que podía desear.
Un día aparecieron por allí cuatro niños que estaban de excursión por los alrededores. Vieron a la niña de la montaña y se extrañaron que alguien pudiera vivir en un sitio tan raro. Así que le gritaron desde abajo:

CUATRO NIÑOS

(gritando): ¡¡Eeeehhhh!!.¿Quién eres túúúú?.

NIÑA FELIZ

(gritando): ¡Soy la niña más feliz del muuuuundo!.

CUATRO NIÑOS

(gritando): ¿Y por qué eres tan feliiiiz?.

NIÑA FELIZ

(gritando): ¡Porque vivo en la montaña de la felicidad!, ¿queréis subir?

CUATRO NIÑOS

(gritando): ¡¡SÍÍÍÍÍ!!

NARRADOR

La niña les explicó que para subir la Montaña de la Felicidad, solo necesitaban encontrar la forma de subir hasta la cima. Debían buscar algo que les sirviera para vencer las dificultades de la ladera y poder trepar por ella... Pero había un problema... ¡ninguno de los niños sabía la manera, no había escaleras, no tenían cuerdas, y mucho menos ascensores!. ¿Qué harían?, les apetecía tanto el reto de ser felices.
Sin embargo no se desanimaron, y se sentaron al pie de la montaña para pensar alguna solución.
El Niño1, que era el más espabilado de todos, y también el más chulito, decidió de pronto que él no necesitaba de nada ni de nadie, el solito se bastaba (Niño1 se levanta y se lleva el dedo a la cabeza).

NIÑO 1

¡Yo no necesito ni escalera, ni cuerda, ni na! Soy súper fuerte y súper listo. Soy tan guay que puedo subir yo solo la Montaña de la Felicidad.

NARRADOR

El Niño 1 comenzó a trepar, pero pronto la montaña se le hizo tan dura y escarpada que no pudo seguir.

NIÑO 1

¡Escalar esta montaña es imposible!. Esa niña nos ha engañado, no existe la felicidad. Yo me voy para mi casa.

NARRADOR

Entonces la niña feliz, que había contemplado la escena con mucha pena, le gritó:

NIÑA FELIZ

¡Es imposible alcanzar la Felicidad sin contar con los demás!

NARRADOR

Los demás niños seguían pensando y pensando cómo escalar la montaña. Pero el Niño 2, que era un poco vago y remolón, se cansó pronto de tanto pensar y tomó una decisión (Niño 2 se levanta y se lleva el dedo a la cabeza): ¡inflar globos a pleno pulmón!

NIÑO 2

¡Menuda tontería de subida! Cogeré unos globos que llevo en la mochila, los hincharé bien, y así subiré la Montaña de la Felicidad.

NARRADOR

El Niño 2 cogió varios globos, los ató con una cuerda y empezó a dar saltos. Pero por mucho que saltara, aquellos globos no podían con su peso, Niño 2 cayó rodando. Así que los tiró al suelo, los explotó…

NIÑO 2

¡Escalar esta montaña es imposible! Ni globos ni nada que valga, me voy a mi casa.

NARRADOR

Y la Niña Feliz, que había visto toda la maniobra desde arriba, gritó con mucha rabia:

NIÑA FELIZ

¡Es imposible alcanzar la Felicidad sin contar con los demás!

NARRADOR

Los demás niños seguían pensando cómo escalar la montaña. El Niño 3 era un niño bastante inteligente que siempre hacía los deberes rapidísimo para poder irse a jugar. Como era tan listillo, enseguida encontró una solución: decidió fabricar una cuerda con los cordones de los zapatos.

NIÑO 3

¡Tengo una solución rapidísima! Cogeré los cordones de todas las botas, zapatos y playeros y las anudaré para fabricar una cuerda. Así subiré la Montaña de la Felicidad.

NARRADOR

El Niño 3 fabricó su cuerda de cordones y lanzó el extremo hasta… madre mía, era poca cuerda, no llegaba a la cima. De todas formas lo intentó, empezó a tirar y se calló patas arriba.

NIÑO 3

¡Escalar esta montaña es imposible! Me voy a mi casa, eso de la felicidad es un camelo.

NARRADOR

Entonces la Niña Feliz, que había visto toda la escena, gritó:

NIÑA FELIZ

¡Es imposible alcanzar la Felicidad sin contar con los demás!

NARRADOR

Mientras ocurría todo esto, el Niño 4 seguía pensando. Él no era un niño tan espabilado como el Niño 1, ni tan listillo como el Niño 2, ni tan rápido como el Niño 3. Pero era un niño muy especial, que tenía muchas ganas de ser feliz. Al fin se dijo: ¡yo solo no podré, con los globos es imposible y con los cordones nada puedo hacer!

NIÑO 4

¡Ah, ya sé!. Algo decía la niña feliz de que es imposible alcanzar la felicidad sin… ay, madre, no me acuerdo. ¡Es imposible alcanzar la felicidad sin… (El resto de la frase lo grita la gente)
Sí, eso, sin contar con los demás.

NARRADOR

Pasó varios días y varias noches buscando a los amigos que se habían ido. Encontró a su AMIGO 1 distraído con su Play. Un poco más allá encontró a su AMIGO 2 investigando en Internet. También se encontró con su AMIGO 3 jugando al ajedrez.
La tarea no fue fácil, Niño 4 pasó por toda clase de dificultades, …y lo que es más difícil que lo entendieran y que le quisieran ayudar. ¿Qué creéis que pasó?. Pues... aunque la montaña era muy empinada y escarpada, se cogieron de las manos, hicieron una cadena humana y ahora sí que fue posible, por fin lo consiguieron. Contando con los demás la montaña si pudieron escalar.

NIÑA FELIZ

¡Bienvenidos a la Felicidad!.

NIÑO 4

¡Halaaaa!, ¡no sabía que intentándolo juntos lo podríamos conseguir!. Con la ayuda de todos se puede ser feliz...¡¡¡esto es la leche!!!.

NARRADOR

Y así, los cuatro niños vivieron felices para siempre. Pero este cuento no termina aquí, porque nosotros también tenemos que decidir si queremos subir la Montaña de la Felicidad y pensar: ¿cómo lo vamos a intentar?. Seguro que algo hemos aprendido... pues a Jesús le pasó lo mismo: venció todas las dificultades, siempre muy unido al mejor de los amigos, y así la Felicidad se hizo realidad.