EL VERDADERO VALOR DEL ANILLO

Escena Padres: sobre la luz, la capacidad de ver de manera diferente...
(El narrador está en el micrófono lateral, el Maestro sentado delante del altar, la joven aparece por un lateral, el joyero estará en el otro lateral)

Narrador

Amigos habéis estado atentos a la historia del Evangelio, ¿os habéis enterado bien?... pues mirad, nos hemos juntado un montón de madres y padres y os vamos a contar una historia de un joven que acudió a un sabio en busca de ayuda...

Joven

Buenos días maestro, vengo a verle porque me siento tan poca cosa... Todo el mundo me dice que no sirvo para nada, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonta. ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?.

Narrador

Entonces el maestro, sin mirarlo, le dijo:

Maestro

«Cuánto lo siento, muchacho. No puedo ayudarte, primero tengo que resolver mis propios problemas. Quizá después...».

Narrador

Y, haciendo una pausa, agregó:

Maestro

«Si quisieras ayudarme tú a mí,... después tal vez te pueda ayudar».

Joven

(Temeroso) E... encantado, maestro.

Narrador

Entonces el maestro se quitó un anillo que llevaba en el dedo meñique de la mano izquierda y, dándoselo a al muchacho, dijo:

Maestro

Vete al mercado del pueblo. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor cantidad de dinero posible, y no aceptes menos de cincuenta euros. Vete y regresa con el dinero lo más rápido que puedas.
(El joven baja, por delante de las escaleras del altar y pasea de un lado a otro)

Narrador

El joven tomó el anillo y se marchó. Nada más llegar al mercado, empezó a ofrecer el anillo a todos los mercaderes; unos la miraban con algo de interés, otros con desdén o desconfianza... pero cuando la muchacha hablaba de los cincuenta euros...
(El muchacho se va encontrando con algunos mercaderes, les ofrece el anillo... todos rechazan algunos reían, otros le giraban la cara y tan sólo un anciano fue lo bastante amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era demasiado valiosa como para entregarla a cambio de un anillo)

Joven

(Ansioso y nerviso) ¿Le interesaría comprar esta joya?

Mercader

No, no vale nada…

Joven

(Ansioso y nerviso) ¿Quiere comprar esta preciosa joya?

Mercader

No, menuda virria.

Joven

(Ansioso y nerviso) ¿Le interesaría comprar esta joya?

Mercader

No, de eso nada, no tiene ningún valor.

Narrador

Con afán de ayudar, alguien le ofreció…

Mercader

Si quieres te doy 5 euros, ¿qué te parece?

Narrador

Pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de cincuenta euros y rechazó la oferta.
Comenzó a ofrecer la joya a todas las personas que se cruzaron con él en el mercado, pero...

Joven

(Gritando alterado) ¿Le interesaría comprar este anillo?

Gente

Paso, menuda tontería…

Joven

(Gritando alterado) ¿Le interesaría comprar este anillo?

Gente

Paso, menuda tontería…

Narrador

y abatido por su fracaso, regresó a donde estaba el maestro. Entró en la casa donde estaba y...
(el joven vuelve a subir donde está el maestro, despacio y muy triste)

Joven

Maestro, lo siento. No es posible conseguir lo que me pides. Quizás hubiera podido conseguir alguna monedas, pero no creo que yo pueda engañar a nadie sobre el verdadero valor de este anillo.

Maestro

Eso que has dicho es muy importante, joven amigo... Debemos conocer primero el verdadero valor del anillo. Vuelve al pueblo y ve a ver al joyero. ¿Quién mejor que él puede saberlo?. Dile que desearías vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca: no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

Narrador

El joven se fue corriendo, estaba nervioso... El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

Joyero

Dile al maestro, que si lo quiere vender ya mismo, no puedo darle más de mil euros por su anillo.

Joven

¿Mil euros?.

Joyero

Sí. Y si me dieras un poco más de tiempo podríamos obtener por él cerca de tres mil euros, pero como la venta es urgente...

Narrador

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido. Y el maestro le dijo...

Maestro

Siéntate. ¿Quieres saber una cosa?. Tú eres como ese anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede valorarte un verdadero experto, las personas que saben verte de verdad. ¿Por qué vas por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?.

Narrador

Y, diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo meñique de su mano izquierda...