CARTA DE UN MISIONERO

Hoy tenemos con nosotros a un misionero muy especial, el más misionero de todos. El único problema es que como tiene muchas parroquias hoy está y no está con nosotros. Bueno, esto es un lío; a su manera está con nosotros, así que nos ha pedido que leamos un carta entre todos.

Hola, queridos amigos:

Soy …….., un misionero. Me preguntaréis ¿Que es eso de ser misionero?... Os lo voy a explicar. "Misionero" viene de "misión", y una misión es cumplir un encargo que te confía una persona importante.
Por ejemplo: los papás te dan la "misión" de cuidar de tu hermana más pequeña mientras ellos tienen que hacer un recado; ellos confían en ti, saben que lo puedes hacer muy bien y te confían esa "misión". ¿Lo habéis entendido?...

Esperad, esperad, que hay más: Los misioneros realizamos la misión de la Iglesia. Ya, ya lo sé, y ¿cuál es la misión de la Iglesia?
Pues es la más maravillosa de todas las misiones: continuar la obra de Jesús en el mundo. ¿Qué os parece?
¿Y dónde hago esa misión? Yo, para realizar esta misión, me he ido a miles de kilómetros. Pero también la puedes hacer en tu casa o en tu cole, o en el barrio…
Lo importante es tener ganas de continuar la obra de Jesús, de contar a otros hermanos y hermanas el grandísimo amor que Dios nos tiene.

Vale, todo esto está muy bien, pero…

¿Y cómo supe que tenía que ser misionero? Muy fácil: Yo, como vosotros, en catequesis, en casa, en el cole..., he conocido el amor de Jesús en mi corazón, y era tan grande que no me lo podía guardar sólo para mí: necesitaba compartirlo.
Y por eso me fui a un país muy lejano y muy pobre para que todos tengan la alegría de conocer la Buena Noticia de Jesús.

Y, ahora me preguntaréis: ¿Qué haces para anunciarles ese amor que Dios nos tiene? Escuchad y mirad bien…
Salen cinco niños con las letras y se quedan delante formando la palabra…
MIrarles como Jesús. Con una mirada llena de ternura, de cariño, de perdón...
SErvirles como Jesús servía a los más pequeños y más necesitados
Decirles que son los RIcos en pobreza, que es la riqueza preferida de Dios.
Darles mucho CORazón, amar a todos, sin distinción, como Él nos ama;
Y darles mi mano DIA a día, sin cansarme.

Miradlos bien, esta es la aventura que vivo cada día de mi vida: la de ser … fiajos bien, la de ser … misericordia.

Chicos, ¿queréis que os cuente un secreto? Me he propuesto hacer algo que es un pasote y necesito aliados.
…me he propuesto provocar la "revolución de la misericordia" en todos los rincones donde pueda; por ello os escribo. ¿Os imagináis el mundo lleno de ternura y amor, como si la misericordia fuese un virus y nos picase a todos, y todos tuviéramos el corazón de Jesús para mirar al otro, para perdonar, para ayudar... para cambiar la vida de todos los hombres y mujeres y niños del mundo?
¡Ya sé que es una locura! No me importa, ¿puedo contar con vosotros?

Para unirse en esta "revolución de la misericordia" hace falta:

  1. Llevar contigo el manual de la misericordia: el Evangelio.
  2. Armarse con la mejor y más potente de las armas: el amor.
  3. Y vivir de la única manera que merece la pena: con mucha alegría... ¿Estáis dispuestos?

Los misioneros vamos sembrando esta revolución allá donde vamos, y por eso yo estoy aquí para hablaros del mayor tesoro del mundo: saber que tenemos un Dios que nos ama sin medida.
 
¡Ayudadme! Los misioneros tenemos que ser fuertes y no caer en el cansancio, en la tristeza, en la desesperanza... Jesús me ha enseñado que esta revolución es posible, y yo, como tantos misioneros y misioneras, quiero gastar la vida en ello.
Queridos amiguitos: ya me despido. Gracias por haberme leído; ahora deseo que os lo penséis, y ojalá pueda contar con vosotros para esta revolución.
Desde aquí mando un beso a cada uno y os dejo el virus de la misericordia. Vuestro amigo…