(Tontita la Pesadita es una chica muy pija y muy creída. Aparece en escena probándose vestidos delante del espejo y hablando consigo misma):
(canturreando y mirando al espejo)
Qué guapa soy
qué buena estoy
qué fashion voy
qué impresión doy
(mirando al público)
Todos me llaman Tontita,
Tontita la Pesadita
y lo dicen con perfidia
porque me tienen envidia,
¡ay! (suspiro)
¡¡¡¡soy tan guapa...!!!!
(otra vez mirando al espejo)
Qué guapa soy
qué buena estoy
qué fashion voy
qué impresión doy
(De repente aparece el Espíritu de la Solidaridad del Pasado. Tiene el aspecto de una chica muy chula y más bien tirando a macarra)
(Con mucha ironía y muy macarra)
Tontita la pesadita,
anda que no eres creída
que te pasas toa la vida
mirándote la ropita
(Mirando al público y señalando al espíritu)
¿Y quién se ha creído ésta?
¿no sabe que voy de fiesta?
(al espíritu)
¿Y a tí qué te importa, rica?
¿Qué mosca es la que te pica?
Soy un fantasma, Tontita El Fantasma del Pasado Y voy, por solidaridad, a enseñarte la verdad. ¿Es que ya lo has olvidado?
¿Y qué había de olvidar?
Todo lo que has hecho mal
No lo recuerdas, ¿verdad?
(gritado)
¡¡¡Pues mira esto y verás!!!
(Se apagan las luces y sólo se ve a un mendigo iluminado por una linterna o de lo que sea, arriba, en el altar)
(Antes de que empiece a hablar, poner un poco de música ambiental y lastimera, tipo la sinfonía del nuevo mundo o así…)
(mirando al público y declamando muy teatreramente)
Yo antes era un estudiante
y ahora mendigando voy.
¿no es algo desesperante?
Un mal día, bien me acuerdo,
en clase me entró una duda
y a Tontita pedí ayuda
para poder resolverlo.
Como ella no me hizo caso
suspendí la asignatura,
fracasé con la lectura,
de la clase me expulsaron
y en la calle me dejaron.
No sé hacer ningún trabajo
y sólo como pan de ajo.
¡¡¡¡La pesada de Tontita,
tanto mirarse el ombligo,
como fue mala conmigo,
mi vida volvió maldita!!!!
(Vuelve la luz. El mendigo y el Espíritu de la Solidaridad del Pasado se han ido y sólo queda Tontita sentada en una silla)
Me debí quedar dormida....
¡cielos, aún no estoy vestida!
(pensativa)
Tuve un sueño muy extraño...
(se calla y mira al espejo)
¿el verde se lleva este año?
(Aparece el Fantasma de la Solidaridad del Presente. Lleva una túnica extraña, va despeinada y está un poco loca. Dice cosas sin sentido y camina constantemente de aquí para allá agitando los brazos)
¡Pepinillo que te pillo! ¡Mariposa revoltosa! ¡Caracoles de colores! ¡Tontita la Pesadita!
(mirando al público)
Esta mujer esta loca
¿Es a usted a quien le toca? Lo olvidé... ¿quién da la vez?
Pero bueno, ¿usted quién es?
Fantasma de Solidaridad, para servirle, señora. ¿Puede usted darme la hora? Debo ser muy puntual.
¿Y por qué?
¡Es natural! Un fantasma del presente nunca debe llegar tarde a la cita pertinente.
¿Esta citada conmigo?
¡¡¡Me importa un higo!!!
Higos y calabacines,
plátanos, euros y clínex...
¡Uy!, perdón, ¿hablas conmigo?
¿Quieres saber a qué vengo?
Pues vengo para que veas
que mientras tú vas a fiestas
vestida de gris marengo...
hay otros que están sufriendo.
¡¡¡Observa qué estoy diciendo!!!
(Se apagan las luces y sólo se ve a un herido iluminado, arriba, en el altar, por la luz de una linterna o de lo que sea. Va lleno de vendajes y camina con mucho dolor)
(Se escuchan unos segundos de música, para entrar en amiente)
(mirando al público y declamando muy teatreramente)
¡Ay, cómo me duele todo!
¡Ay de mí, qué desgraciado!
¡Vaya paliza me han dado!
¡Me han dejado destrozado!
Yo sólo iba por la calle
y escuché ruidos de fiesta.
Me acerqué con una cesta
porque iba muerto de hambre
Pedí que me dieran algo
de la fiesta que sobrase....
pero el hombre de la puerta
en vez de dejarla abierta,
miró cómo iba vestido...
¡¡¡ y me dio mi merecido!!!
¡Ay!, ¡ay!, ¡ay de mí!
(Se vuelven a encender las luces y ya no están ni el herido ni el espíritu de la Solidaridad del Presente. Sólo queda Tontita la Pesadita, en actitud pensativa)
Yo nunca había pensado
que pasaran esas cosas
¿quién lo hubiera imaginado?...
(hace una pausa y mira al espejo)
¿me pondré el vestido rosa?
(Aparece el espíritu de la Solidaridad del Futuro. Va con una capa negra, con capucha que le tapa la cara, y un bastón, y tiene una voz de ultratumba que da miedo)
¡¡Me vas a escuchar, Tontita!!
(Tontita se pega un susto de muerte y se da la vuelta asustada)
Soy el fantasma más duro:
¡el fantasma del futuro!
Como no cambies, Tontita,,
ya no habrá Solidaridad,
ni más fiestas de guardar
Te aconsejo por tu bien
cambiar tu modo de ser.
¡Si no, yo no doy un duro
por tí, ni por tu futuro!
Todo deberás cambiar,
por ti y por los demás.
Piensa en tus hermanos,
a los que tú no has ayudado,
y se sienten abandonados.
Piensa en tus hermanos,
que en el Sur viven olvidados
y no tienen qué comer
¡Hay que echarles una mano!
(Empieza a sonar la musiquita lastimera, pero antes de que aparezca nadie, Tontita interrumpe)
¡¡No!! ¡¡Ni hablar!! Fantasma de la Solidaridad, ¿el futuro me vas a mostrar? No sé si estoy preparada Para ver tanta trastada No quiero ver más desgracias ¡No soporto esta tristeza ni de otros las penas! No quiero ver el futuro Será demasiado duro.
(Se quita la capucha y habla con voz normal)
En realidad, Tontita, sólo venía a decirte que el futuro no está escrito, como tú te imaginas. A pesar de hayas estropeado muchas cosas por querer siempre más y mirarte el ombligo, el futuro se puede cambiar. Es posible equilibrar las cosas, y tener un futuro justo para todos.
¿Ah, sí?, ¡ni tan mal!, Pues ponme cuarto y mitad de ese futuro ideal.
¡¡No tan deprisa!! Para conseguirlo, TODOS nosotros y con todos (señalando a gente del público) digo tú, y tú, y tú también, y por supuesto tú, y tú, y todos los demás, tenéis que renunciar a muchas cosas, y quedaros sólo con lo necesario, para que otros que no tienen nada, puedan tener lo suficiente. ¿Lo has entendido?
(Se dirige al público)
Ya lo entendí, amigos:
acabemos con la pobreza,
a los otros vamos a apoyar,
aunque duela la cabeza.
A los últimos, los mendigos,
que tanto lujo y riquezas
no nos dejan recordar
a quien queremos amar
¡Ya lo entendí!, ¡venid todos!
¡fantasmas, mendigo, herido,
expliquemos a estos niños
lo que a mí me hicisteis ver!
(salen todos y se colocan en fila frente al público)
¡Amigos!, esto es, de Jesús, la solidaridad: encontrar felicidad, no mirando nuestro ombligo sino dando a los demás.