SALMO PARA ALEGRARSE
 
Es bueno darte gracias, Señor, de corazón,
y cantarte con gozo cada día.
 
Es bueno proclamar por la mañana
tu lealtad
y por la noche decirte de verdad
que me has querido.
Es bueno decir que tus acciones, Señor,
son mi alegría y mi esperanza.
Es bueno decirte que las obras de tus manos
son júbilo y fiesta para mí.
 
Te doy gracias y me alegro
por el don maravilloso de la vida.
Te doy gracias y me alegro
por el don entrañable del bautismo.
Te doy gracias y me alegro
por el don precioso de tu Espíritu.
Te doy gracias y me alegro
por el don precioso de tu Palabra.
Te doy gracias y me alegro
por el don único de tu Pan de vida.
 
Qué grandes son tus obras, Señor.
Qué profundos tus designios.
Qué grandes son tus proyectos para nosotros.
Qué profundos son tus deseos para el que te busca.
 
Es bello Señor, vivir siendo tú el centro de mi vida.
Es bello Señor, saber que tú eres el Señor de mi vida.
Muchos no te conocen, Señor, y me da pena
que pongan su vida en cosas que se acaban.
Muchos no saben que tú eres Padre,
y que nos quieres a todos con ternura.
 
Tú eres grande para siempre.
Tu amor me inunda y me hace feliz.
El hombre honrado florecerá como palmera,
se abrirá como un trigal fecundo,
siempre tendrá el fruto a mano
y su vida ante ti, Señor,
será preciosa.
Es bueno darte gracias, Señor,
y cantaré de gozo cada día.
Es bueno abrir el corazón
de par en par
y dejar que tu luz inunde
de tu paz toda la vida.

¡Vamos, levantaos,
Se acerca vuestra liberación!
Hay signos a vuestro alrededor.
No lo veis en el barrio, en las calles,
en la comunidad, en vuestra propia casa
y en vosotros mismos, sin ir más lejos'?
Restregaos los ojos;
mirad con esperanza el horizonte,
escuchad las buenas nuevas,
dejaos despertar por la brisa.
¡Dios está cerca!
¡Venga, levantaos, alzad la cabeza!
La gente se angustia por todo
y anda sin aliento, dando tumbos de acá para allá,
viviendo sin vivir, echando a perder su vida.
Se desvive en fuegos fatuos,
en espejismos de desierto,
en vagas añoranzas.
Recobrad el aliento.
¡Dios está cerca!
¡Ánimo, levantaos
y permaneced despiertos!
No se os embote la mente o desboque el corazón
con tanta preocupación sobreañadida:
qué os pasará y qué haréis,
cuánto ganaréis y gastaréis,
cuándo sucederá y por qué.
Nadad contra corriente.
¡Dios está cerca!
¡Hala, levantaos, y poneos en marcha con ilusión renovada!
Otead el horizonte.
vivid atentos a los susurros, a los lloros,
gritos y risas de la humanidad entera.
Dios está cerca.
Brotad a la vida.
Dejad lo vano y lo estéril.
Pedid fuerza para la espera.
¡Dios está cerca!

REINARÉ, CONTIGO, SEÑOR
 
Cuando, más allá de trompetas triunfales
anuncie, con mi propia vida y hasta con sangre
que tu reino es justicia, paz y libertad.
Cuando, además de contemplar tu belleza,
descubra la radicalidad de tu mensaje,
la dulzura y, a la vez, la exigencia de tus palabras.
 
REINARÉ, CONTIGO, SEÑOR
Huyendo de la grandeza y del poder,
abrazando, con humildad y obediencia,
el peso de la cruz que surja por delante
Sí, Señor;
reinaré contigo sabiendo que,
soy y no soy del mundo,
que, no siempre seré comprendido
como Tú, Señor, tampoco lo fuiste
desde el primer día de tu nacimiento
 
REINARÉ, CONTIGO, SEÑOR
Sin más bandera, que el evangelio en la mano.
Sin más fortaleza, que el alma bien dispuesta.
Sin más armas, que el amor que dinamita el odio.
Sin más corona, que el servicio cumplido.
 
REINARÉ, CONTIGO, SEÑOR
Anunciando tu misericordia y tu lealtad.
Tu presencia y tu comunión con el Padre.
Tu fidelidad y tu reinado de vida y verdad.
 
REINARÉ, CONTIGO, SEÑOR
Y, con tu Espíritu, me empujarás
por el sendero de la verdad y lejos de la mentira,
apartándome de aquellos que, dicen ser de los tuyos,
pero se comportan como si nunca te hubieran conocido,
dando gracias por tu nombre y proclamando
que, Tú Señor, eres Rey, siempre Rey, sólo Rey
 
Amén.

Una fe libre, cierta, fuerte, alegre, activa y humilde
 
Yo creo, Señor; yo quiero creer en ti.
Señor, haz que mi fe se plena,
sin reservas y que penetre mi pensamiento
y mi manera de juzgar las cosas divinas y las cosas humanas.
 
Señor, haz que mi fe sea libre,
que tenga el concurso personal de mi adhesión,
que acepte las renuncias y los deberes que comporta
y que sea fina expresión del estilo de mi personalidad;
yo creo en ti, Señor.
 
Señor, haz que mi fe sea cierta,
cierta por una coherencia entre las pruebas exteriores,
y los testimonios interiores del Espíritu Santo.
Cierta por su luz que asegure,
por sus conclusiones que tranquilicen,
por su asimilación que descanse.
 
Señor, haz que mi fe sea fuerte,
que no se asuste ante la contradicción de los problemas
que llenan la experiencia de nuestra vida, ávida de luz;
que no tema la oposición de quienes la discuten,
la impugnan, la rechazan, la niegan,
sino que se robustezca en la prueba íntima de tu Verdad,
se estrene en el roce de la crítica,
se corrobore en la afirmación continua
y remonte las dificultades dialécticas y espirituales,
en medio de las cuales discurre nuestra existencia temporal.
 
Señor, haz que mi fe sea alegre,
que dé paz y sosiego a mi espíritu
y que lo disponga a la oración con Dios
y a la conversación con los hombres.
para que irradie en estas relaciones sagrada y profana
la felicidad interior de tu presencia.
 
Señor, haz que mi fe sea activa,
y que ella dé a la caridad un motivo de su expansión moral
de modo que ella constituya una verdadera amistad conmigo
y que en las obras, en el sufrimiento,
en la espera de la revelación final,
suponga una continua búsqueda de ti,
un testimonio continuado,
un alimento ininterrumpido de la esperanza.
 
Señor, haz que mi fe sea humilde,
y que no tenga la presunción de fundarse sobre la experiencia
de mi pensamiento y de mi sentimiento,
sino que más bien se rinda al testimonio del Espíritu Santo
y que no tenga otra ni mejor garantía
que la docilidad de la Tradición
y la autoridad del Magisterio de la Iglesia.

Por hacernos sensibles a tu presencia; GRACIAS, SEÑOR
Por llamarnos a escuchar tu Palabra: GRACIAS, SEÑOR
Por darnos tiempo para vivir y para compartir: GRACIAS, SEÑOR
Por conducirnos hacia Ti: GRACIAS, SEÑOR
Por lo mucho que, Tú, nos das: GRACIAS, SEÑOR
Por inspirar sentimientos de solidaridad: GRACIAS, SEÑOR
Por levantarnos cuando caemos: GRACIAS, SEÑOR
Por ayudarnos a crecer en el espíritu: GRACIAS, SEÑOR
hacia la felicidad eterna; GRACIAS, SEÑOR
Por invitarnos a ser justos con los demás: GRACIAS, SEÑOR
Por recordarnos que Tú eres el dueño de todo: GRACIAS, SEÑOR
Por tu Eucaristía y por la Iglesia: GRACIAS, SEÑOR

Gracias, Señor, por este curso que estamos concluyendo: por todo lo que hemos aprendido y todo lo que hemos recibido de Ti. Gracias por el periodo estival que nos regalas para descansar, disfrutar más de la naturaleza y dedicar más tiempo a los seres queridos. No nos dejes de tu mano, porque en el verano necesitamos más que nunca tu Palabra. Te prometemos no poner nuestra fe de vacaciones, porque sabemos que sigues siendo nuestro Padre también en el verano.

Gracias, Señor, por los grandes santos que nos propones para imitar en este mes de junio. Que sepamos copiar la obediencia de Pedro al dejar las redes y seguirte. Que seamos apasionados y valientes, como Pablo, para acercarnos a los alejados del Evangelio. Que imitemos la austeridad de Juan Bautista y no nos dejemos arrastrar por el consumismo. Que sepamos huir de las glorias mundanas, como San Antonio, y seamos más generosos con los necesitados y afligidos. Que tengamos como referencia la integridad de mártires, como San Justino, San Marcelino, San Bonifacio, Santo Tomás Moro, San Pelayo o San Ireneo.

Gracias, Señor, por haberte convertido en alimento de vida eterna para nosotros. Que nuestras frecuentes comuniones nos ayuden a comulgar mejor con los demás. Que superemos nuestras dificultades a la hora de compartir. Que sepamos romper con el consumismo y optar por una vida más sencilla. Que sepamos romper con las prisas y cuidar las cosas que de verdad nos pueden llenar de vida. Que nuestra Caritas brille en la noche de la crisis con luces de esperanza. Dales pan a quienes tienen hambre y hambre de Ti a quienes tenemos pan.

Te pedimos, Señor, por los 28 primocomulgantes de nuestra parroquia para que crezcan a la vez como personas y como cristianos y lleguen a ser hombres y mujeres de provecho. Que sus padres y familiares les den seimpre buen ejemplo de vida. Ilumina a los educadores de niños y jóvenes para que cumplan eficazmente con su difícil e importante misión. Que nuestros gobernantes pongan especial cuidado en buscar los planes de estudio más adecuados para nuestros niños y jóvenes. Que nuestros adolescentes y jóvenes no sucumban a las tentaciones de la calle que pueden destruir sus vidas. Que nadie pretenda enriquecerse a costa de explotar y destruir las vidas e nuestros adolescentes y jóvenes.

Infúndenos, Espíritu Santo, el don de sabiduría para vivir siempre en la voluntad de Dios. Concédenos el don de entendimiento para saber discernir cuando nos asalte la duda. Danos el don de consejo para tener siempre la palabra adecuada en el momento oportuno. Otórganos el don de fortaleza para perseverar cuando asomen nuestras flaquezas. Concédenos el don de ciencia para poner más interés en las cosas de Dios que en las del mundo. Que no nos falte el don de piedad para tenerte presente cada día en nuestras vidas. Y que nuestra vida esté presidida por el santo temor a perderte y a apartarnos de tu camino.

Gracias, Señor, por este tiempo de primavera que nos concedes para disfrutar más intensamente de las maravillas de la Creación. Que la belleza de las flores y de la naturaleza nos impulsen a pregonar la belleza de tu Evangelio. Que sepamos aprovechar la mayor longitud de los días para hacer más obras de caridad. Que el calor climatológico nos estimule para ser más cálidos y cariñosos con nuestros prójimos. Que aprovechenos este mes mariano para empaparnos de las virtudes de María y entrar de verdad en tu voluntad. Amén.

Madre del cielo, socórreme en mis dificultades. Virgen fiel, fortalece mi corazón para que persevere en el seguimiento de tu Hijo. Madre del Buen Consejo, pon en mi boca las palabras precisas para ayudar a quien me necesite. Trono de Sabiduría, ayúdame a discernir cuando me asalte la duda. Consuelo de los afligidos, confórtame en mis penas y soledades. Salud de los enfermos, alivia a todas las personas que estén sufriendo hoy. Modelo de entrega a Dios, concédeme la gracia de entregarme totalmente, sin condiciones. Causa de nuestra alegría, contágiame la alegría pascual para poder transmitirla a los demás.

Gracias, Señor, por mi trabajo, que me permite vivir y a la vez ser útil a los demás. Gracias por todas las personas que trabajan cada día para mí. Ilumina a los gobernantes de nuestro país para que encuentren soluciones adecuadas al grave problema del desempleo. Dales mayor sensibilidad igualmente a los empresarios y a quienes pueden favorecer que se creen más puestos de trabajo. Que todos los trabajos sean remunerados adecuadamente y que se evite toda discriminación. Que las organizaciones sindicales defiendan de verdad a los trabajadores y no se dejen llevar por otros intereses. Que desaparezca la esclavitud infantil y todo trabajo contrario a la dignidad humana.

Quisiera, Señor, aprovechar esta Pascua para copiar alguna de las virtudes que veo en las personas que me rodean. Quisiera recuperar la simplicidad de los niños y el idealismo de los jóvenes. Quisiera tener la paciencia del pescador y la valentía del salvavidas. Quisiera la humildad del barrendero y la disponibilidad del buen samaritano. Quisiera ser sufrido soldado con la propia cruz y sensible cirineo para las cruces de los demás. Quisiera un corazón comprensivo con las fragilidades del mundo, pero inmune a sus seducciones. Quisiera comunicarme mejor para participar de la riqueza de los demás y dejar que los demás se beneficien de mi riqueza. Quisiera ser verdaderamente pascual, en medio del viernes santo de la historia.

Prótégenos, Señor, frente a todo desaliento y tristeza. Enséñanos a vivir con alegría las pequeñas cosas de cada día. Que sepamos ver el lado bueno de las cosas. Que no me queje de mi trabajo, sino que agradezca la posibilidad de trabajar. Que no me queje de las pequeñas ofensas que recibo, sinio que te dé gracias por las personas que pones cada día a mi lado. Que sepa reírme de mí mismo-a y evite reírme de los demás. Que no olvide que nada ni nadie puede quitarme la alegría, porque Tú estarás siempre a mi lado. Que sepamos anunciar esa alegría a los que viven tristes y deseperanzados.

Te damos gracias, Señor, por el don maravilloso de la vida. No permitas que nos desanimemos nunca en la defensa de toda vida humana. Ilumina a los que están dudando en este momento entre destruir o defender una vida para que opten por la decisión positiva. Te pedimos por la conversión de todos aquellos que han practicado o defienden el crimen del aborto. Fortalece a quienes integran las organizaciones que defienden la vida para que perseveren en su lucha. Que el personal sanitario no sucumba a la tentación de destruir vidas, sino que las defienda, desde la concepción a la muerte natural. Que las embarazadas en situación económica difícil encuentren ayuda para traer al mundo a sus hijos. Que nunca caigamos en el error de pensar que el fin justifica siempre los medios.

Por un momento, Señor, creímos que todo había acabado aquel viernes en el que la muerte te visitó. Te damos gracias, porque, con tu Resurrección, nos abres un futuro de luz y de triunfo para conducirnos entre las tinieblas del mundo. Resucita en nosotros todo lo que es muerte y lejanía de Ti. Como a los discípulos de Emaús, ábrenos a la inteligencia de las Escrituras y pon calor en nuestros corazones. Danos la valentía necesaria para proclamar que estás vivo y resucitado. Quisiera, Señor, aprovechar esta Pascua para crecer en santidad, para dar el paso que me libere de las esclavitudes que me atan.

Suscita, Señor, vocaciones al sacerdocio en nuestra diócesis. Necesitamos presbíteros que sigan alimentando a los fieles, predicando tu Palabra y administrando los sacramentos. Danos sacerdotes santos que sepan estar en el mundo, sin "ser" del mundo. Ilumina a sus formadores y profesores para que los preparen debidamente para el ejercicio de su futuro ministerio. Sigue llamando también misioneros, que lleven la semilla de tu Evangelio a los confines de la tierra. Que no nos falten tampoco religiosos y religiosas, que, observando los votos evangélicos, nos inviten permanentemente a la búsqueda de la perfección.

Líbranos, Señor, de la corrupción, de fraudes y estafas, de contabilidades amañadas. Líbranos del tráfico de influencias, de chanchullos y favoritismos. Líbranos de los ricos repentinos, de las servilletas que llegan a mantel. Líbranos de tantos comisionistas innecesarios, de los ansiosos de poder y de dinero. Líbranos de quienes sacan un carnet sólo para obtener dinero fácil y vida cómoda. Líbranos de los que todavía no se corrompieron, pero lo harían si les llegase la oportunidad. Líbranos de quienes desprecian al pequeño ratero y honran a los ladrones de guante blanco. Ilumina a quienes luchan contra la corrupción y dales fuerzas para que no desfallezcan. Que lleguen a descubrirse todas las corrupciones ocultas y que los culpables paguen su merecido. Amén.

Quieres que me convierta a Ti, Señor, para saciar mis hambres. Quieres llevarme al desierto de mi propio corazón para que me conozca por dentro y abandone mis miserias. ¡Qué torpe soy para digerir y poner en práctica tu Evangelio! ¡Qué atrevido-a soy al pensar que puedo dirigir mi vida yo sólo-a! Me ofreces un futuro inmejorable y sigo soñando con instancias que no son las tuyas. Quisiera ayunar de todo lo que separa de Ti, pero soy frágil e inconstante. Perdona mi débil cosecha y sigue abonando mi corazón para que llegue a dar buen fruto.

Que esta cuaresma me sirva, Señor, para descubrir que soy yo el-la que tiene que cambiar y no pretender que cambien los demás. Perdona, porque no estoy aprovechando del todo las cualidades que me has dado. Me tienta el creer que te escucho a Tí cuando me estoy escuchando a mí mismo-a. Me tienta el "tener", aunque diga que lo importante es "ser". Me tienta dejar para mañana lo que puedo hacer hoy. Me tienta pasar de largo, sin ejercer de samaritano-a, ante algunos hermanos que veo tirados en el camino. Me tienta el compararme demasiado con los demás y no acabo de aceptar del todo mi historia. Conviérteme, Señor, aunque yo me resista. Que mi "yo" vaya disminuyendo para que Tú crezcas cada día más en mí. Amén.

Quisiera, Señor, aprovechar este tiempo de Cuaresma que nos regalas para convertirme de verdad a Ti. Quisiera reconocer mejor tu presencia en mi vida. Que no tome más decisiones importantes sin tenerte en cuenta a Ti. Ayúdame a limpiarme del egoísmo, de la avaricia, de la pereza, de la soberbia...de todo lo que me separa de Ti y de los demás. Aléjame del demonio del materialismo, del consumismo, que siempre me deja insatisfecho-a. Enséñame a "perder" la vida, gastándola en cosas que merezcan de verdad la pena. Ayúdame a ser inconformista, a luchar sin desfallecer, aunque mis logros sean escasos.

Nos duele, Señor, que haya tantas personas que padecen hambre, pero nos sentimos impotentes ante ello. Toca los corazones de los más altos gobernantes para que sean más sensibles ante este problema. Que desaparezcan las desigualdades económicas entre los países del Norte y los del Sur. Que desaparezca la discriminación y explotación de las mujeres en tantos países. Alienta y fortalece a tantas personas y asociaciones que luchan contra el hambre y en favor de la igualdad en el mundo. A nosotros danos fuerza y valentía para enfrentarnos a tanta injusticia. No permitas que caigamos en el despilfarro, ni que tiremos a la basura comida aprovechable. Y que sepamos darte gracias por el alimento que nos regalas cada día.

Nos duele.Señor, la situación del mundo y acudimos a Ti en demanda de ayuda. Nos duele que sigan muriendo cada día tantas personas de hambre y de enfermedades curables. Toca los corazones de los más altos gobernantes para que afronten de verdad esos problemas. Nos duele que los países poderosos sigan invadiendo y abusando de los débiles. Nos duele que en nuestro país se den tantos casos de corrupción y de abuso de poder. Nos duele la situación de tantas familias afectadas por el problema del desempleo. Nos duele el clima de violencia que se respira en casi todos los ámbitos sociales. Concédenos gobernantes más decididos en la lucha por la paz, la justicia, la igualdad...Y a mí concédeme actuar cada día como si la buena marcha del mundo dependiese solamente de mí. Amén.

Al celebrar el Año de la fe, te doy gracias, Señor, por este enorme regalo que me diste a través de mis padres. Concédeme que a lo largo del mismo sepa poner mi vida de cara a Ti y dar la espalda a los falsos dioses que intentan separarme de Ti. Que me convenza de que sólo estaré seguro del todo estando contigo. Que me convenza de que lo mejor que puede ocurrirme es aceptar tu voluntad. Que me convenza de que mi fe me obliga a vivir en cristiano las 24 horas. Que sepa aprovechar este año para que mi fe se vuelva más firme, más madura y más ungida de caridad. Y gracias, Señor, por haberme elegido y por acompañarme cada día en mi camino.

En este inicio del año nuevo, detengo mi vida ante el nuevo calendario y te presento estos días, que sólo Tú sabes si llegaré a vivirlos. Te pido para todos un año de paz y alegría. Quiero vivir cada día con optimismo, llevando a todas partes un corazón lleno de amor. Que mis pies no se cansen de recorrer el camino que lleva a la casa del dolor para llenarla de alegría y esperanza. Cierra mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas o hirientes. Abre mi ser a todo lo que es bueno. Que mi espíritu se llene sólo de bendiciones y las derrame a mi paso. Que cuantos caminen conmigo o se acerquen a mí encuentren en mi vida un poquito de Ti. Danos un año feliz y ayúdanos a repartir felicidad. Amén.